Agazapado entre silencios, inquieto y voraz. Dignos hijos del olvido, la mediocridad de la excusa. Carcomen los huesos quebrados hasta convertirlos en polvo de sueños.
Otros placebos.
Suben hacia mi cabeza galaxias extasiadas.
Preguntas y marañas que ya no importan.
Paradigmas fantasmas.
Construyo otra tabula rasa sobre mis debilidades. Si no escondo ninguna, no existen como castigo de mis voluntades endebles.
Ninguna existe y existen todas.
En mi centro el equilibrio.
-Es una cuestión de actitud.
-Cierto