martes, 25 de julio de 2017

Aquí

       Ella respira y lleva el dolor desde su centro hacia cada capilar que cubre su cabeza.
Expande sus pulmones y desgarra los velos.
       Donde quieran ir sus pies, sus pensamientos desmoronan murallas. Es la parte por el todo, la magnitud de un instante. Un guiño que jamás será olvido entre los océanos de sus historias.
       Lo que deba ser, lo que es, lo que ya no.
       Vamos sanando y liberando espacio, como editando las espinas expuestas, escondiendo las más enquistadas para arrojarles luz en soledad, perdonar nuestro ser.
     
Otra vez, se desmiembran los recovecos infinitos del desamor.

       Intrépidas las voces, fantasmas jadeando deseos sobre nuestras espaldas. Tejiendo, tramando momentos que pierden fuerza ante la escasa valentía de los cuerpos.

 Todos anhelan ser amados pero rechazan merecerlo.
      Dudas encantadoras trazan danzas histéricas; quien ríe y se pierde, quien arma y enreda. Donde dejamos volar nuestros secretos y nacen alborotadas marañas de conceptos, crisis mal interpretadas. No existen guerras sobre espejos, más que asombros reflejados.


      Identifica tus escombros como propios, devuelve lo ajeno a más no ser que se torne una pieza.  Incluso los obsequios, inclusas las ganas.

      Niña cambia tu piel, acobija la esencia de las emociones no dichas.
- No todas han de ser develadas -
        Descansa 
            Suspira