Aquí

       Ella respira y lleva el dolor desde su centro hacia cada capilar que cubre su cabeza.
Expande sus pulmones y desgarra los velos.

       Donde quieran ir sus pies, sus pensamientos desmoronan murallas. Es la parte por el todo, la magnitud de un instante. Un guiño que jamás será olvido entre los océanos de sus historias.

       Lo que deba ser, lo que es, lo que ya no.

       Vamos sanando y liberando espacio, como editando las espinas expuestas, escondiendo las más enquistadas para arrojarles luz en soledad, perdonar nuestro ser.

     
Otra vez, se desmiembran los recovecos infinitos del desamor.

       Intrépidas las voces, fantasmas jadeando deseos sobre nuestras espaldas. Tejiendo, tramando momentos que pierden fuerza ante la escasa valentía de los cuerpos.

 Todos anhelan ser amados pero rechazan merecerlo.

      Dudas encantadoras trazan danzas histéricas; quien ríe y se pierde, quien arma y enreda. Donde dejamos volar nuestros secretos y nacen alborotadas marañas de conceptos, crisis mal interpretadas. No existen guerras sobre espejos, más que asombros reflejados.

      Identifica tus escombros como propios, devuelve lo ajeno a más no ser que se torne una pieza.  Incluso los obsequios, inclusas las ganas.

      Niña cambia tu piel, acobija la esencia de las emociones no dichas.
- No todas han de ser develadas -

        Descansa 

            Suspira 

Fragmentos

          Ojos rojos entonando sensaciones que priman sobre mis intenciones. Como si estas fueran más soberbias y cautelosas en mis sueños. Disfrazadas de buenas maneras, afiladas letras en frases decoradas.


         Entonces no.

         Me alejo.

        Nos preguntamos  donde se esconden los momento de calma.
        Tres pasos hacia atrás y su sonrisa permanece dibujada.

         Me inquietan las cartas sobre la mesa. Puedo construir castillos de ilusiones o apostar por una aventura alterada.
        El tiempo es otra construcción.
        Depende de sus ganas y las mías. Alquimia neurótica que resuena y danza sobre el caos que desata. Descascara el tormento más sediento de emociones desbordadas, escandalosas.
      Cuando podemos borrar las lineas pero seguimos siendo rehenes de una mente mentirosa, confusa y desafiante. Son tus miedos, nuestros miedos macabros cimientos condicionantes.
 
    Luego los míos.

     De nuevo el silencio.

     Se deslizan sobre la memoria de mi piel cientos de recuerdos. Brotando siluetas sobre mis mejillas hasta llegar a mis labios.

     Se desvanece sin perder su habilidad. Contornea su sonrisa, cruje sus manos.

    Dedos sutiles trazando sobre mi cuerpo.

    El hijo de dios suele visitar nuestro reino, mientras el rey burlón se desentiende de su poder.

    Ella juega entre experimentos hasta fundirse otra vez.

De nuevo despierto.

Profesar

Encuentro en cada retorno el filo de la palabra que no trasciende al inconsciente.
Agazapado entre silencios, inquieto y voraz. Dignos hijos del olvido, la mediocridad de la excusa. Carcomen los huesos quebrados hasta convertirlos en polvo de sueños.
Otros placebos.

 Suben hacia mi cabeza galaxias extasiadas.
Preguntas y marañas que ya no importan.
Paradigmas fantasmas.

Construyo otra tabula rasa sobre mis debilidades. Si no escondo ninguna, no existen como castigo de mis voluntades endebles.
Ninguna existe y existen todas.
En mi centro el equilibrio.

-Es una cuestión de actitud.
-Cierto